Escultura en memoria del "Fausto"
Recuperando la historia del municipio
Una escultura referencia al “Fausto”
La historia del barco de El Fausto está irremediablemente asociada al muelle de Puntagrande, desde donde partió, a la 2.30 de la madrugada, un 21 de julio de 1968 con cuatro personas a bordo, tres de ellos marineros habituales y un cuarto pasajero al que el azar le convertiría lamentablemente también en protagonista de un terrible y complicado naufragio.
Una escultura deja constancia de él en la zona entorno a la que se produjo la partida, como un adiós definitivo, símbolo de su extraña historia y a la vez del vínculo forjado a través de los años con la isla de donde procedían: La Palma; ya que si este barco fue uno los primeros en llevar plantones de plataneras para el incipiente cultivo agrícola de la isla de El Hierro en aquellos añosm, no menos relación tenía con La Frontera con el cuarto pasajero, que servía de jefe de mantenimiento para un pozo motorizado en las fincas de El Verodal. Sus nombres: Ramón y Eliberto Concepción Hernández, Miguel Acosta Hernández (de Tazacorte) y Julio García Pino (de El Paso), unido a ellos este último como pasajero debido a una urgencia familiar, al tener a su hija recién nacida enferma. Ellos, jamás imaginaron que iban a protagonizar la operación de rescate aeronaval más importante de nuestro país; lamentablemente sin resultado (1).
El retraso de su llegada al puerto de Tazacorte, estimada en la mañana del 21 de julio, alertaba a familiares, amigos y propietario del barco, Rafael Acosta; confiando en la pericia de sus tripulantes y las buenas condiciones del pesquero, se espera que este arribe a lo largo del día. Ya preocupados por el amplio retraso, en la madrugada del 22 de julio el propietario pone este hecho en conocimiento de la Ayudantía Militar de Marina de Santa Cruz de La Palma; dándose el primer aviso de alerta a todos los barcos que pudieran encontrarse en la zona, para que colaboraran en la búsqueda del motopesquero. A ella se incorpora el Servicio Aéreo de Rescate, con la incorporación de efectivos aéreos, sin ningún resultado. Aumentaba la preocupación de las familias y la expectación de la opinión pública.
En la madrugada del 25 de julio se recibió la noticia de que el Fausto había sido localizado esa medianoche por el mercante británico Duquesa, a unas 95 millas de La Palma, cuando se encontraba en la posición 28º 15’ N y 19º 45’ W. El capitán dijo que los tripulantes se encontraban sin novedad y después de suministrarles víveres, agua y gasoil para varios días, les indicó el rumbo a seguir y, al mismo tiempo, comunicó a la estación radiocostera que el Fausto llegaría a su destino en la tarde de ese día.
Como era de esperar renació la esperanza y con ella la algarabía juntando a numerosas personas y barcos para su recibimiento; sin embargo, el Fausto volvió a desaparecer en el mar, ensombreciendo de nuevo el entusiasmo colectivo. En la mañana del 26 de julio, el Mando Aéreo de Canarias ordena la reanudación de la búsqueda despegando aviones de reconocimiento desde la Base Aérea de Gando; sumándose a ellos un amplio operativo de distintos efectivos, además de barcos de la Marina de Guerra, nuevamente sin resultado.
Tras 17 días desde su desaparición, el motopesquero Fausto se dio por desaparecido; hasta que el 9 de octubre de ese mismo año un carguero italiano Anna di Maio lo encontrase a la deriva. A su llegada a Puerto Cabello, el capitán declaró a la Agencia Efe que el Fausto “parecía un barco fantasma, estaba totalmente abandonado”; tan solo estaba el cuerpo en avanzado estado de descomposición de un hombre joven, el del hombre que el destino quiso poner el Fausto en esa fatídica noche en su camino.
Desaparecida la documentación del barco, se abrieron muchos interrogantes que, a lo largo de años, contribuyeron más si cabe al sufrimiento de las familias y del propio propietario del barco; sumergidos en la incomprensión; en las especulaciones y en el dolor de la pérdida.
Desde el Ayuntamiento se ha querido rendir un pequeño homenaje a su memoria. Desde el 22 de diciembre de 2024, una pequeña escultura preside la rotonda que da paso al embarcadero de Puntagrande, quizá el punto cero de esta tragedia que une tristemente en el recuerdo y en el dolor a las islas de El Hierro y La Palma.
- Información obtenida del libro “El Fausto, historia y misterio de una tragedia”. Luis Javier Velasco Quintana